Utiliza aceites esenciales ecológicos para recuperar la hidratación después del verano a la vez que consigues suavidad en tu piel. ¡Es un remedio natural!
El verano es una época que nos encanta porque permite desconectar de la rutina, relajarnos y disfrutar de multitud de actividades al aire libre. Pero no sólo nos deja buenos recuerdos, el verano además del tan preciado bronceado acostumbra a dejarnos otras huellas no tan agradables: deshidratación, arrugas, manchas, sequedad capilar…Durante la época estival tendemos a los excesos, no sólo gastronómicos, también abusamos de las exposiciones al sol y a menudo no nos protegemos de sus efectos como deberíamos.
El sol es uno de los causantes directos del fotoenvejecimiento, estimulando la producción de los radicales libres, responsables de arrugas y flacidez cutánea prematuras. Por otra parte hay que sumar los efectos de otros factores poco beneficiosos: la acción del el cloro de las piscinas, el salitre del agua del mar y las altas temperaturas contribuyen a deshidratar y empeorar el estado de nuestra piel y cabello.
Por eso a la vuelta de las vacaciones es cuando debemos extremar los cuidados cosméticos para recuperar la salud de nuestra piel y reparar los daños que haya podido dejar el verano en ella.
Un remedio efectivo, respetuoso con el cuerpo y el medio ambiente, además de económico es integrar el uso de los aceites esenciales ecológicos en nuestra rutina de belleza. Proceden de las semillas, hojas o frutos de plantas oleaginosas y se han usado durante siglos por sus extraordinarias propiedades para cuidado de la piel y en la actualidad siguen siendo ingredientes imprescindibles en la composición de muchos cosméticos.
Los aceites son muy versátiles, productos multifunción a los que podemos darles distintos usos ya sea como hidratante facial y corporal, desmaquillador, para suavizar zonas resecas del cuerpo aportando un extra de nutrición, como mascarilla capilar, bálsamo labial, aceite de masaje, para añadir al agua de la bañera …y también podemos usarlos para enriquecer nuestras cremas o fabricar nuestros propios cosméticos, así que además nos permiten ahorrar espacio y dinero. También son una interesante alternativa para evitar los tóxicos y sustancias químicas como los aceites minerales, parafina y otros derivados del petróleo presentes en la mayoría de los cosméticos que encontramos en el mercado. Estas sustancias forman una película sobre la piel que impide la respiración celular, la expulsión de toxinas y el equilibrio del balance hidrolípido de la piel.
Entre otras sustancias los aceites vegetales son ricos en ácidos grasos y vitaminas, que ayudan a mantener el buen estado de la piel. Son altamente hidratantes y nutritivos y aportan suavidad y elasticidad a la piel, además de favorecer el sistema inmunitario de la misma. Podemos mezclarlos con aceites esenciales y multiplicar sus efectos además de utilizarlos para dar masajes. Otra de sus características es que penetran en la piel, mientras que los aceites minerales forman una barrera que la obstruye.
En los últimos años el uso de los aceites naturales se ha ido extendiendo entre otras razones por esta necesidad cada vez mayor de utilizar una cosmética natural lo más limpia y libre de químicos posible. El mercado ha ido ampliando la variedad de su oferta para cubrir necesidades más específicas, así que detallaremos los aceites naturales más usados y apreciados por sus cualidades cosméticas:
- Aceite de almendras dulces. Es particularmente rico en vitaminas A, D y E, potentes antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres y además estimulan la producción de colágeno y elastina en la piel, imprescindibles para mantener su juventud y buen estado. Tiene una textura ligera para tratarse de un aceite y es una buena base para diluir aceites esenciales y aprovechar al máximo sus propiedades. Está indicado para pieles sensibles, descamadas, irritadas, con dermatitis o grietas por su alto poder hidratante y calmante. Se recomienda aplicar como hidratante nocturna realizando un pequeño masaje, especialmente en pieles con tendencia a las arrugas y la sequedad. Por lo general es conveniente usar los aceites por la noche, ya que son demasiado pesados y grasos para el día, pudiendo producir brillos y sensación grasa, además de dificultar la aplicación del maquillaje. Por su gran poder nutritivo está indicado para evitar la aparición de estrías y grietas. A diferencia de otros aceites el aceite de almendras tiene una consistencia ligera, de fácil absorción por lo que con un suave masaje penetra rápidamente en la piel sin dejar sensación pesada o grasa. Otro de sus usos más conocidos es el de mascarilla capilar para cabellos secos, un buen remedio a la hora de reparar los estragos que ha causado el verano en nuestra melena. Simplemente aplicaremos el aceite de medios a puntas, evitando las raíces para no engrasarlas, y dejaremos actuar un mínimo de 30 minutos. También podemos aprovechar la noche para realizar este tratamiento de belleza y dejar la mascarilla que actúe mientras dormimos, con la precaución de proteger las almohadas con toallas para no mancharlas. Por la mañana lavaremos el pelo como lo hacemos habitualmente, teniendo en cuenta que quizás necesitamos lavarnos el pelo dos veces para eliminar por completo el aceite. El resultado será un pelo más suave, brillante y con más volumen. Otro de sus usos es como desmaquillante de cara y ojos, ya que disuelve y arrastra la suciedad.
Aceite de ricino. Contiene grandes cantidades de ácido poliinsaturado Omega 9 y vitamina E. El aceite de ricino es antibacteriano y tiene propiedades astringentes, ayuda a eliminar impurezas de la piel, lo que lo hace ideal para pieles mixtas y con tendencia grasa. En la cara se recomienda usar mezclado con otro aceite vegetal, generalmente en una proporción de 1 parte de aceite de ricino y 2 del aceite que elijamos para combinarlo. Su riqueza en ácidos grasos estimula la producción de colágeno y elastina rejuveneciendo la epidermis. Otro de sus usos más conocidos es el de estimulador del crecimiento capilar, un masaje diario sobre el cuero cabelludo estimula la circulación de la sangre en la zona los folículos pilares y acelera su crecimiento. En caso de pestañas débiles o finas se recomienda estimular su crecimiento aplicando una pequeña cantidad a ras de pestañas y masajeando hasta su completa absorción, con cuidado de que no entre en los ojos.
- Aceite de coco. Entre sus componentes destaca el ácido laúrico, ácido graso saturado que mejora el sistema inmunitario de la piel. Es extremadamente nutritivo, así que es conveniente para pieles más bien secas. Posee propiedades antibacterianas y se recomienda su aplicación en casos de cuero cabelludo muy reseco para combatir la descamación y los picores. Por estas cualidades antibacterianas se recomienda su uso en pieles con dermatitis, descamaciones y eccemas. Podemos darle los mismos usos que el aceite de almendras, teniendo en cuenta que es un aceite de consistencia más bien densa que en invierno llega a solidificarse con las bajas temperaturas. Es posible que necesitemos calentarlo con las manos antes de aplicarlo para que recupere su consistencia líquida. Uno de sus aplicaciones más conocidas es como mascarilla capilar, muy adecuada para suavizar el cabello en caso de pelo muy rizado, cabellos con tendencia natural a la sequedad y al encrespamiento.
- Aceite de argán. Es muy rico en ácidos grasos poliinsaturados y vitamina E. Es un aceite con grandes propiedades anti-edad porque dota de gran elasticidad a la piel. Está especialmente indicado para la nutrición de pieles maduras, castigadas o con marcas, porque estimula el crecimiento celular y regenera la piel. Con un par de gotas antes de dormir aplicadas con un suave masaje tenemos bastante para hidratar la cara. También podemos enriquecer nuestra crema facial favorita con unas pocas gotas de este aceite.
Aceite de jojoba. Es un aceite imprescindible para pieles mixtas o con tendencia a los brillos o al acné. Posee un alto contenido en ceramidas, un tipo de lípidos que actúan manteniendo unidas las células, consiguiendo mayor elasticidad en los tejidos. En realidad no es un aceite sino es una especie de cera líquida de consistencia similar al sebo humano por lo que se absorbe muy rápidamente sin dejar sensación de pesadez en la piel. Con su uso como hidratante y desmaquillante las pieles mixtas y grasas recuperan el equilibrio en la producción de sebo, sin perder su hidratación.
- Aceite de rosa mosqueta. Este aceite es apto para todo tipo de pieles. Ofrece una gran riqueza en ácidos grasos pollinsaturados (Omega 3, Omega 6 y Omega 9), directamente relacionados con la capacidad de regeneración de los tejidos. Es un aceite altamente regenerador, que atenúa y previene la aparición de arrugas y favorece la cicatrización de los tejidos en caso de heridas y quemaduras. Aporta propiedades antiedad, aumenta la elasticidad de la piel y la regeneración de las células, por lo que es un buen remedio para eliminar estrías y marcas de cicatrices, siempre y cuando sean recientes. Se utiliza para ayudar a eliminar las cicatrices producidas por el acné. Tiene cualidades antibacterianas y protege la epidermis de los efectos del frío.
Autora: Sonia Moreno | Terapeuta Holística
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