En nuestro artículo de hoy te contamos cómo combatir los focos de contaminación más frecuentes que hay en tu hogar. Así conseguirás un ambiente más saludable para ti, tus familiares y los animales con los que convivas.
El cepillo de dientes. Las bacterias que tenemos en la boca pueden proliferar en nuestro cepillo de dientes. Para minimizar esto, procura guardarlo siempre con su carcasa protectora, pero muy bien escurrido. Es mejor guardarlo en un armario que tenerlo sobre la superficie del lavabo. Además, una vez por semana, es recomendable desinfectarlo: para ello aplica 2 ó 3 gotas de aceite esencial de árbol del té sobre las cerdas, déjalo actuar unos instantes y luego acláralas muy bien.
Las esponjas. Tanto las esponjas de baño como las que usamos para fregar los platos pueden ser un foco de bacterias precisamente porque suelen estar húmedas. Para evitar que los gérmenes se acumulen en ellas, escúrrelas muy bien después de cada uso y, en lugar de posarlas sobre una superficie plana, cuélgalas para que sigan escurriendo el agua. Una vez a la semana límpialas a fondo, bien metiéndolas en el lavavajillas, bien metiéndolas en agua hirviendo durante un minuto.
La taza del inodoro. Es conveniente tirar de la cadena siempre con la tapa del wc bajada, ya que las partículas de agua y suciedad que se producen al tirar de la cadena, tienen un alcance que normalmente llega a casi todos los lugares de un aseo de tamaño medio.
- Toallas y ropa de cama. Estos objetos están a diario en contacto con nuestra piel. Además, en el caso de las toallas, la humedad las convierte en un buen caldo de cultivo para bacterias.
Por otra parte, la sudoración que se produce mientras dormimos conlleva el mismo problema. Por ello conviene lavar semanalmente estos elementos con agua caliente, para eliminar cualquier germen, si además añadimos al detergente, unas gotas de aceite esencial de lavanda, se mantendrán frescas por más tiempo. Si añadimos unas gotas de aceite esencial de árbol del té, nos aseguraremos de que queden completamente desinfectadas.
El calzado de calle. En algunos países es común descalzarse al entrar en una casa, incluso si se es invitado en ese domicilio. En nuestro país ésta no es una costumbre muy habitual, pero lo cierto es que los zapatos con los que pisamos el suelo de la calle son un gran foco de gérmenes y suciedad. Podemos evitar que estas bacterias acaben en el suelo de nuestro hogar colocando un armario zapatero en la entrada y descalzándonos nada más entrar. También es buena idea tener zapatillas para los invitados, de forma que éstos también puedan descalzarse al entrar en nuestra casa. Otra opción es pulverizar la suela de nuestros zapatos con una mezcla de tónico alcohólico de romero y unas gotas de aceite esencial de árbol del té.
Teléfonos, teclados de ordenador, mandos a distancia y pantallas de móviles o tablets. Son objetos sobre los que tenemos las manos gran parte de nuestro día por lo que los gérmenes presentes en éstas, acaban en esos objetos que rara vez acostumbramos a limpiar. Para evitar que los gérmenes se acumulen en ellos, es recomendable limpiarlos una vez a la semana con una toallita desinfectante.
Grifos y duchas. Los cabezales obstruidos de grifos y duchas también son un foco de bacterias, además de óxido. Límpialos una vez a la semana usando un cepillo de dientes que ya no uses y un buen limpiador desinfectante ecológico (Endemic Biotech, Biobel, etc.)
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