El cardo mariano (Sylybummarianum) también es conocido como cardo lechal o lechero, en referencia a la savia blanca que exudan sus hojas y su tallo al romperse. Es una planta es originaria del sur de Europa, Asia occidental y el norte de África, y es usada como coadyuvante en problemas hepáticos desde el siglo IV AC. Plinio el Viejo ya recomendaba su jugo para estimular la producción de bilis y sus propiedades también eran aplicadas en la medicina tradicional china. Actualmente es una de las plantas más utilizadas en el mundo y la principal recomendada para contribuir a detoxificar el organismo.
Su componente activo es la silimarina, un flavonoide que es el principal responsable de sus efectos beneficiosos como desintoxicante y antioxidante. Esta sustancia actúa contra los agentes tóxicos de dos maneras: por una parte modifica la membrana externa de las células del hígado impidiendo de esta manera la entrada de las toxinas en las células y ayuda a eliminarlas. Al mismo tiempo estimula la síntesis de proteínas lo que se traduce en la producción de nuevas células hepáticas sanas y en un aumento en la velocidad de la regeneración de las dañadas. El cardo mariano es un antioxidante tan poderoso como la vitamina C o la vitamina E y ayuda a proteger al organismo del daño causado por los radicales libres y el proceso de oxidación celular.
Aunque el cardo mariano se puede tomar en infusión o en tintura, una opción más cómoda es tomarlo en cápsulas: una forma mucho más práctica y que nos garantizará que la dosis sea la correcta.
Autora: Sonia Moreno | Terapeuta Holística
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