Se aproximan las vacaciones de verano, una época que invita a hacer las maletas y abandonar la residencia habitual durante unos días. Pero son muchas las personas que cuando pasan varios días fuera de casa sufren alteraciones en su tránsito intestinal que pueden convertirse en un molesto lastre a la hora de disfrutar de las vacaciones. Alteración en las deposiciones, hinchazón y gases, sensación de pesadez, dolor abdominal, retención de líquidos, jaquecas y pérdida de apetito son algunas de las molestias que pueden acarrear estos desajustes intestinales, con la consiguiente sensación de incomodidad.
Estas alteraciones del ritmo intestinal se deben principalmente al cambio de nuestra rutina y de costumbres alimenticias durante esos días. Alteramos nuestro ritmo, no seguimos un horario fijo de comidas ni de sueño, por lo general nos acostamos y nos levantamos a deshoras, disminuimos la actividad física y nos alimentamos de forma menos saludable: cometemos excesos y además pasamos mucho tiempo fuera de casa por lo que abusamos de snacks, bocadillos, pizzas… alimentos que no aportan la suficiente fibra para mantener un un tránsito intestinal regular.
A continuación detallamos una serie de consejos que os ayudarán a evitar estar incómoda situación y disfrutar al máximo de vuestras vacaciones con un ritmo intestinal regular.
No te olvides de los alimentos ricos en fibra. Estás de vacaciones y quizás de apetezca comer de una manera distinta, pero no debes olvidar que los alimentos ricos en fibra son esenciales para el buen mantenimiento de la flora intestinal y del buen estado del organismo en general. Un adulto necesita diariamente entre 25 y 30 g de fibra que se consigue mediante el consumo de frutas y verduras, cereales integrales y legumbres.
- Bebe suficiente agua. Para potenciar el efecto de la fibra necesitamos beber entre 1,5 y 2 L, incluso más si estamos en verano y realizamos actividades al aire libre. Es conveniente no sustituir su ingesta por refrescos azucarados o bebidas alcohólicas porque en vez de hidratar el organismo y favorecer la movilidad intestinal podrían tener el efecto contrario.
Muévete. A pesar del calor debemos hacer un esfuerzo y practicar un poco de ejercicio, ya que la inactividad afecta la regularidad intestinal. Realizar actividades al aire libre, pasear, montar el bicicleta…lo importante es llevar un estilo de vida activo y no no pasarnos el día tumbados en la toalla.
- Establece horarios. Aunque estés de vacaciones intenta llevar un cierto control con los horarios de las comidas y el descanso. Intenta comer y acostarte cada día sobre las misma hora, y también acostúmbrate a ir al lavabo a una hora fija, sin prisas, para que tu cuerpo se acostumbre a esa rutina.
- Utilizar complementos alimenticios naturales y alimentos que nos ayudarán a superar esta situación de desorden en nuestro tránsito intestinal. Algunos de ellos:
Las sales de Epson. En realidad no son una sal, se trata de sulfato de magnesio y reciben su nombre de la población inglesa donde se descubrieron. Entre sus aplicaciones más comunes destaca como regulador suave del tránsito intestinal. Se recomienda tomar una cucharada rasa de postre antes de acostarse.
- Las semillas de lino (Linumusitatissimum) son un remedio muy conocido y utilizado para regular el tránsito intestinal debido a su alto contenido en fibra. Son muy ricas en mucílagos, una fibra soluble que al contacto con lo líquido se vuelve viscosa y favorece la eliminación de las heces. Su utilización es muy sencilla, basta con poner un par de cucharadas soperas de semillas (mejor si las molemos previamente) en un vaso con agua durante una hora como mínimo, aunque por comodidad podemos hacerlo por la noche antes de acostarnos.
A la mañana siguiente comprobaremos que el agua ha adquirido una consistencia gelatinosa. Debemos masticar bien las semillas y también beber el agua en la que se han remojado.
- Las semillas de chía (Salvia hispanica) se han hecho muy populares en los últimos años por su gran aporte en ácidos grasos omega-3, proteínas y fibra. Como las semillas de lino también tienen un alto contenido en mucílagos y en contacto con líquidos adquiere una textura gelatinosa, lo que se aprovecha en la cocina para preparar mermeladas y puddings veganos. Utilizaremos las semillas de chía de la misma forma que las de lino: las dejaremos en remojo un mínimo de una hora y luego las ingeriremos junto con el el líquido. Otra manera de consumirlas es mezclándolas con los cereales, el yogur, en forma de pudding…pero siempre dejando que se hidrate previamente para que libere el mucílago.
Autora: Sonia Moreno | Terapeuta Holística
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