El pasado miércoles 20 de junio fue el “Yellow Day”, el día más feliz del año según meteorólogos y psicólogos de varias partes del mundo. Se debe, dicen, a la subida de temperatura, al aumento de horas de luz y a la cercanía de las vacaciones. En otras palabras: el buen tiempo y la posibilidad de tener tiempo para cada uno nos hace felices. ¡Así de fácil! ¿Pero le sucede algo realmente a nuestro cerebro para que nuestro humor mejore?
Lo cierto es que sí: la luz incide sobre ciertas sustancias cerebrales como la serotonina, que juegan un papel fundamental respecto a nuestro comportamiento emocional. Cuando las personas absorben suficiente sol, su estado emocional se mantiene estable y mejora. Si hay menos sol o existen largos periodos sin él, la angustia aumenta y el humor oscila bruscamente.
Y, ¿a nivel físico la luz también provoca cambios en nuestro organismo? Otra vez la respuesta es sí. Cuando hay más luz, estamos más relajados ya que el sol nos ayuda a regular nuestra temperatura corporal normal, unos 37º C. Nuestro metabolismo se relaja, al no tener que gastar energía para “entrar el calor” y nosotros percibimos una sensación placentera. Curioso, ¿verdad?
Existe otra explicación relacionada con la melatonina, también conocida como la hormona del sueño. El invierno siempre se relaciona con el aumento de melatonina, la misma hormona que ayuda a otros animales a hibernar. En verano, al alargarse los días, la melatonina disminuye y se activa el organismo, haciéndonos sentir llenos de energía.
Aprovecha al máximo los días de verano y disfruta del bienestar natural que nos proporciona la naturaleza.