Llegas al gym con tu rutina planificada, buscas una máquina libre y vas directo a ella, comienzas con tus ejercicios y… ¡error! Te has saltado el paso más importante, el calentamiento. Y es que es tan básico como estirar al final de cada entreno.
Pensarás: “es que hay días que voy con el tiempo justo y no me da tiempo”, “bueno, por un día que no caliente, no pasará nada”, pero esas excusas no valen, entonces, ¿por qué es tan importante calentar?
Además, de todos estos motivos, el calentamiento ayuda a prevenir esguinces, desgarros y torceduras, factores que pueden provocar fracturas graves. El tiempo ideal que se debe dedicar es de 5 y 10 minutos, incluso si se emplean 15 minutos, el entrenamiento será más efectivo.
Un buen calentamiento debe seguir unas pautas para evitar lesiones y que sea eficaz:
Nunca debes pasar por alto el calentamiento, sin importar el tipo de ejercicio, tanto si es running, como cualquier tipo de deporte o actividad, incluidas pesas o cardio.
Tampoco olvides estirar después de cada entrenamiento, ya que es igual de importante que calentar, aunque entre ambos hay diferencias. En el primero, lo fundamental es preparar gradualmente el cuerpo para la actividad, mientras que con el segundo nos centramos en los músculos que hemos utilizado para que no haya una lesión posterior.
A partir de ahora, por mucha pereza que te dé o por poco tiempo que tengas, es más importante que le dediques más tiempo al calentamiento y estiramiento posterior, que al propio ejercicio. De esta manera evitarás posibles lesiones y ejecutarás una correcta actividad física.