Os queremos presentar a uno de nuestros proveedores y agricultores: Luis Olmeda, de la empresa agrícola Los Tomillares, Guadalajara. Desde hace años trabajamos juntos para ofreceros cereales y legumbres de la más alta calidad.
Le hemos hecho una pequeña entrevista, ¿le quieres conocer?
La agricultura ecológica, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, es un conjunto de técnicas agrarias que excluye el uso de productos químicos de síntesis como fertilizantes, plaguicidas, antibióticos…con el objetivo de preservar el medio ambiente, de mantener o aumentar la fertilidad del suelo y proporcionar alimentos saludables y de calidad.
Eficiencia energética a nivel de explotación en todos los procesos:
Medidas que favorecen la biodiversidad:
Proyectos de investigación:
Las legumbres, además de tener unas propiedades nutritivas excepcionales y formar parte de platos tradicionales profundamente arraigados a nuestra cultura culinaria, son fundamentales en producción ecológica. Las legumbres –aquellas especies de la familia de las leguminosas (Fabaceae)- tienen la maravillosa peculiaridad, gracias a la simbiosis con una bacteria que habita en sus raíces, de fijar el nitrógeno atmosférico en el suelo. El nitrógeno, para quien no lo sepa, es el elemento mineral que más limita la producción agrícola: si hay poco nitrógeno en el suelo, lo cual es debido, muchas veces, a un empobrecimiento del mismo por malas prácticas agrícolas, como pueden ser los monocultivos, tendremos una producción agrícola muy pobre. Es por ello que en agricultura convencional, se aplica sobre los campos, año tras año, grandes cantidades de nitrógeno en forma de abono que, muchas veces, termina en los arroyos y los ríos, o contaminando los acuíferos, o pasando a la atmósfera en forma de nitrógeno gaseoso. Volver a nuestros cultivos tradicionales nos permite, primero, acceder a una fuente muy rica de nutrientes que es cercana y natural y que apenas tiene procesos hasta llegar a nosotros; y, segundo, que, volviendo a apostar por las leguminosas, el consumidor decide por un sistema de producción sostenible y promotor de biodiversidad. Nuestros garbanzos tienen con un sabor excelente, muy tierno y que no se despelleja porque durante años nos hemos ocupado de buscar los terrenos idóneos. La calidad del garbanzo depende, además de la manera de cultivarlo, de la tierra donde se siembren. Tales terrenos se utilizaban, muchas veces, para el autoconsumo, porque eran aquellas tierras que daban los mejores garbanzos, y las gentes de los pueblos lo sabían. De ahí que hayamos hecho una labor de investigación para poder cultivar nuestros garbanzos en aquellas zonas, aplicando una sabiduría popular que es muy importante que no se pierda.