El secreto de la buena suerte

Se suele decir que la suerte es buena o mala, como si existiera una fuerza o una energía misteriosa que jugara a nuestro favor o, por el contrario, nos perjudicara; de ahí que existan toda clase de refranes, amuletos y gestos para espantarla. ¿Un ejemplo? No cruzarse con un gato negro o no pasar por debajo de una escalera. Si alguna vez has evitado una de estas dos cosas, es que tienes cierta superstición.

Sin embargo, la suerte no es ningún fenómeno paranormal ni una fuerza ajena a nuestra vida, sino un patrón que las personas creamos en base a nuestros pensamientos y nuestro comportamiento. ¿Esto qué quiere decir? Que si somos capaces de transformar lo que pensamos, conseguiremos “cambiar nuestra suerte” erradicando el mito por el camino.

Pero ¡al grano! ¿Cuál es el secreto de la buena suerte? En realidad, son cuatro. Toma nota:

  1. Busca tus oportunidades. Y maximízalas todo lo posible. Las personas “afortunadas” prevén lo que va a ocurrir porque se adelantan a los acontecimientos. Afrontan los problemas mediante nuevas oportunidades. Las personas “con mala suerte” analizan muchas situaciones, pero no resuelven ninguna. ¡Ojo con esto!
  2. ¿Qué te dice el corazón? La semana pasada hablábamos de la intuición, que no es otra cosa que el sentido de la oportunidad bien enfocado. Cuando alguien domina determinados temas (o es experto en lo suyo), cuerpo y mente crean patrones inconscientemente, quitando esa tarea de la parte activa para que pueda ejercer su trabajo sin problemas. Las personas “con mala suerte” no hacen caso de su intuición simplemente porque no saben de dónde proviene esa confianza, cuando siempre ha estado dentro de uno mismo.
  3. Espera lo mejor. ¡Siempre está por llegar! La buena suerte atrae buena suerte. El optimismo atrae más optimismo. Lo que necesitamos para generar esa suerte es un pensamiento positivo, y nada más.
  4. Revierte tu mala suerte en buena suerte. Una cosa está clara: las personas afortunadas no siempre tienen buena suerte. Sin embargo, saben convertir un problema en una nueva oportunidad de crecimiento; aceptan lo que les viene e intentan paliar las malas noticias con otras buenas. Empieza por dar la vuelta a uno de tus días malos. ¿Cómo? Buscando las cosas que te han hecho sonreír. ¡Seguro que encuentras más de uno!

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