Si pensamos en nuestro cuerpo como una gran orquesta, el cerebro sería el director, el que lleva la batuta y el que coordina nuestros movimientos de forma armoniosa… y todo sin que seamos conscientes de ello. Sobre todo, cuando dormimos, el cerebro se dedica a seleccionar, almacenar y etiquetar información de lo que hemos visto, sentido y aprendido durante el día, generando una especie de archivo. Esa es la memoria. Y en su interior se guardan los recuerdos.
Curiosamente, el número preferido de la memoria es el tres. ¿Por qué? Porque existen tres sistemas de memoria y tres etapas a la hora de grabar momentos en el cerebro.
Los tres sistemas de memoria son:
Asimismo, la memoria trabaja en tres etapas. ¡Ya hemos dicho que el tres es un número mágico!
La memoria trabaja así: primero a través de lo que percibimos, luego con lo que grabamos a primera instancia y, al final, el recuerdo propiamente dicho. Se dice que la mejor etapa de la memoria transcurre entre los 15 y los 30 años, pues es cuando las capacidades de atención y concentración están en su máxima capacidad, pero eso no significa que no podamos seguir aprendiendo cosas nuevas en la madurez. De hecho, es fundamental mantener el cerebro ejercitado con pasatiempos y acertijos. Está demostrado que tienen grandes beneficios para la mente, a nivel lúdico y cognitivo. Como se suele decir: Mens sana in corpore sano!