Estamos acostumbrados a tener nuestras vacaciones entre los meses de julio y agosto, unas fechas en las que por tónica general abandonamos nuestra residencia habitual y viajamos para conocer nuevas ciudades, volvemos al pueblo de nuestros padres o abuelos para ver a toda la familia o nos trasladamos a alguna zona costera para disfrutar de unos días de playa que tanto nos gustan y desconectar de la rutina diaria.
Sin embargo el número de personas que permanece en la ciudad durante los meses de verano es mayor del que imaginamos. Por ello, hoy os mostramos 6 ventajas de pasar el verano en tu ciudad habitual. ¡El privilegio también se encuentra en disfrutar de lo que ya conoces de una manera diferente!
1. Trabajar de forma más tranquila es el primer beneficio de no cogerte ningún día durante el verano y especialmente en agosto, mes en el que la mayor parte de nuestros compañeros no están en la oficina y nuestros jefes pasan semanas sin enviarnos ningún correo electrónico. Acostumbrados al frenético ritmo del resto del año, te sentirás con una mayor libertad aunque, como contrapartida, es posible que tengas que responder si surge un trabajo de última hora.
Esta época es perfecta también para relacionarte con gente de otros departamentos de tu empresa con los que apenas tienes trato a diario ya que seguirás pasando un importante número de horas en la oficina a pesar de la casi segura jornada intensiva y no es aconsejable que permanezcas solo todo el tiempo.
2. La ausencia de atascos en el centro de la ciudad en hora punta es algo que te parece misión imposible hasta que de verdad lo corroboras en primera persona durante los meses de verano. De este modo no solo podrás ir de un lugar a otro en coche sin preocuparte del estado del tráfico, sino que además tendrás la oportunidad de fotografiarte en lugares poco habituales de tu ciudad con unas vistas espectaculares frente a la ausencia de vehículos que lo impidan.
Así también te sentirás menos irritable debido a que los atascos provocan que en muchas ocasiones lleguemos cabreados independientemente del destino al que nos dirijamos y podrás dormir si lo deseas unos minutos más por la mañana.
3. Un mes turístico para ti sin salir de la ciudad: piensa durante unos segundos si de verdad conoces tu ciudad a la perfección o existe algún rincón al que nunca has tenido la ocasión de ir. En caso de que así sea, el verano es el momento adecuado para ir a él ya que no habrá aglomeraciones.
Además, los meses de julio y agosto son una gran ocasión para realizar visitas a exposiciones que no habías podido ver con anterioridad ya que las colas para entrar habrán desaparecido por completo y también para acudir al teatro a disfrutar de las funciones que no has tenido tiempo durante el resto de la temporada. El ritmo de vida más tranquilo de estos meses hará que si lo organizas bien puedas realizar decenas de planes con el objetivo de no aburrirte nunca.
4. Retomar antiguas relaciones de amistad durante el verano puede convertirse en uno de tus grandes logros por haberlo pasado en tu ciudad. El hecho de no contar con amigos cercanos con los que ir a una terraza a última hora de la tarde puede despertar el interés de quedar con otros que lo fueron hace no tantos meses pero cuya relación se había enfriado.
Casi seguro que estas conversaciones son más interesantes que las otras debido a que vuestras respectivas vidas serán una novedad para el otro y estaréis varias horas poniéndoos al día, de manera que evita la vergüenza y da el primer paso para llamar o enviar un mensaje por WhatsApp.
5. Tú y solo tú tienes el control en estos meses por lo que puedes darle a tu vida ese toque de improvisación que no puedes permitirte en otra época del año y con el que liberarás tu mente mientras recargas energía sin salir de tu ciudad. Haz los planes que desees sin dar explicaciones a nadie ya que serás prácticamente un turista más en tu ciudad y márcate tu propio ritmo de vida.
Si quieres ir a la piscina, no lo dudes ni un segundo; si apuestas por salir una noche, conoce a gente nueva con la que entablar una relación de amistad; y si quieres quedarte en casa porque es lo que en realidad te apetece, hazlo ya que nadie te escribirá un mensaje para que hagas lo contrario o proponiéndote algún plan que no puedas rechazar.
6. Las vacaciones no son solo cosa del verano, por lo que pasados estos meses conservarás intactos tus merecidos días de descanso para disfrutar cuando tú lo desees. Está claro que no podrás veranear como han hecho muchos de tus compañeros, pero sentirás un gran placer al tiempo que despertarás la envidia cuando un día apagues el ordenador y te despidas hasta pasadas tres semanas.
¿Sigues pensando que las vacaciones, al igual que sucedía con las bicicletas, son para el verano? Analiza los pros y los contras de estas fechas y no te dejes influenciar por lo que elija la mayoría. ¡Ten en cuenta las fechas vacacionales que mejor se adaptan a tu personalidad y disfruta de un merecido descanso!