A veces, nuestro cuerpo sufre algunos desajustes que acaban afectando a nuestro sueño. Por mucho que uno se sienta cansado y que intente descansar lo suficiente, cuesta no pasarse horas dando vueltas en la cama hasta dormirse. Si a ti también te pasa, te proponemos una rutina sencilla, con objetivos fáciles de cumplir, que harán que dormir bien no se convierta en un desafío: un ritual del sueño.
¿Qué es un ritual del sueño?
Un ritual del sueño consiste en una serie de pasos que hay que realizar antes de meternos en la cama. Es lo que algunos también llaman “higiene del sueño”. Se basa en la idea de que nuestro cuerpo es sabio y se acostumbra a ciertas actividades y acciones que se realizan justo antes de meternos en la cama.
Cuando seguimos nuestro propio ritual del sueño se produce algo similar a cuando pulsamos un botón en nuestra mente: ésta entiende que es la hora de dormir y prepara todo nuestro cuerpo para el descanso.
Consejos para crear tu ritual del sueño
Cada persona es un mundo y tendrá sus propias reglas a la hora de crear su ritual del sueño, pero hay varias que suelen ser bastante frecuentes a la hora de facilitarnos el sueño. Siéntete libre de hacer lo que mejor te siente antes de dormir, de quitar algunos de los pasos que te recomendamos y de añadir los tuyos propios.
-
- Márcate unos horarios y crea tu propia rutina. Intenta realizar las actividades habituales de tu día a día a la misma hora: levantarse, comer, cenar, acostarse…

- Cena al menos dos horas antes de meterte en la cama. Lo ideal sería una cena ligera para evitar las digestiones pesadas. Sin embargo, intentar dormir con sensación de hambre tampoco es bueno, por lo que puedes tomar algo justo antes de acostarte, como un vaso de leche o una infusión sin teína. Te ayudará a eliminar esa sensación de estómago vacío y además crearás un paso más en tu rutina, facilitando aún más la tarea de enseñar a nuestro cuerpo que es momento de descansar.
- Intenta practicar algo de ejercicio por la tarde. No hay nada mejor para desconectar de un largo día de trabajo que realizar alguna actividad deportiva. Te ayudará a despejarte, a apartar de t
u cabeza los problemas del día a día y además te cansará un poco más. De esta forma, dormirse será mucho más fácil.
- Acuéstate en la cama solo cuando vayas a dormir. Enséñale a tu cuerpo que cuando te tumbas en la cama lo que quieres es dormir. Si te acostumbras a hacer en la cama algunas actividades como estar con el ordenador o leer, a tu cuerpo lo costará más entender que ese es “el sitio de dormir”.
- Si tras un rato intentando dormir no lo consigues, levántate. Pasarse horas en la cama puede ser frustrante, por lo que lo mejor es levantarse y hacer algo relajante para provocar el sueño, como leer o meditar. Evita por completo las pantallas: su luz te despertará.
- No tengas relojes a la vista mientras intentas dormir. Este consejo va en la línea del anterior, ya que ser consciente de cuánto tiempo llevas tratando de conciliar el sueño te puede provocar ansiedad y dificultar la tarea de dormirse.

- Puedes aprovechar las propiedades relajantes de algunas plantas, como la valeriana. La valeriana ha sido tradicionalmente empleada para ayudar a conciliar el sueño. Como su sabor no es agradable, lo mejor es tomar un complemento alimenticio a base de valeriana, pero al menos una hora antes de irse a la cama.


