Luces y decoración navideña por todas partes. Desde la ciudad más grande al pueblo más humilde estará a estas alturas celebrando la Navidad por adelantado. Para algunos, las fiestas son una época de celebración, felicidad y buenos deseos, mientras que para otros son solo momentos de falsa bondad e hipocresía que deben pasar cuanto antes. En ese periodo de tiempo las emociones están a flor de piel. Se intensifican todos los sentimientos y circunstancias vividas los últimos meses, incluidos la ira o el resentimiento junto a la ilusión y los recuerdos de buenos momentos. A fin de que, seas del lado que seas, pases una feliz Navidad, te dejamos algunas claves:
- Exprésate sin miedo. Di lo que necesitas.
- No te adelantes. Pensar en el futuro te provocará ansiedad. Deja que los acontecimientos fluyan.
- Celebra abiertamente tus éxitos. ¡No te calles nada! La felicidad, compartida, es mejor.
- No finjas. Parece que en Navidad ser feliz es obligatorio, pero nada más lejos de la realidad. Sé tú sin dudas ni límites y sabrás que lo estás haciendo bien.
- Abraza tus sentimientos. La Navidad es una época que remueve recuerdos dolorosos, pérdidas o problemas personales. De nuevo, no te censures.
- Resta importancia a los regalos. El verdadero obsequio son las manos de quien te lo da.
- Di gracias. Pero ¿gracias por qué? Por todo: por el tiempo junto a los que más quieres, por los momentos que has compartido con ellos y por los que vendrán, por la comida, por las risas, por el frío (¡o por el calor!)… ¿Seguimos?
- No fuerces el espíritu navideño. No hace falta.
- Toma algo de tiempo para ti.
- ¡Date un capricho!
- Olvídate de la perfección. Ni las navidades ni ningún evento es nunca como esperamos, así que ¿para qué preocuparse?
Sabemos que cada persona es un mundo, por lo que cada Navidad es única para quien la vive. Es fácil dejarse llevar por malas emociones, perder la noción de lo que importa en realidad, pero también está en tu mano cambiarlo. Depende de ti.
