Conocernos en profundidad, identificar nuestros valores y miedos, ser honestos con nosotros mismos, controlar nuestras emociones, enfocarnos en nuestros objetivos y evaluar nuestra vida y nuestras decisiones es algo muy positivo para nosotros. Pero para lograrlo, debemos ser conscientes de todo lo que expresamos.
Nuestro cerebro está en constante cambio: todo lo que hacemos afecta a nuestra forma de pensar y viceversa, pero no sólo a un nivel mental, sino que los estudios neurológicos expresan que nuestro cerebro también cambia.
Por ello, cuando pensamos en negativo afectará de forma negativa a nuestra forma de actuar y eso fortalecerá nuestros pensamientos negativos creándose un círculo vicioso sin ser conscientes de ello. Por ejemplo, si pensamos que no vamos a lograr determinado objetivo, actuaremos con miedo mientras trabajamos por ese objetivo y esa inseguridad será una de las causas que probablemente nos hagan no alcanzar ese objetivo.
A su vez, el no haber logrado nuestra meta, nos generará más pensamientos negativos acerca de nosotros mismos y más miedo en nuestra forma de actuar.
Por el contrario, si nos obligamos conscientemente a pensar de forma positiva, podremos invertir ese círculo vicioso. Mediante afirmaciones positivas somos capaces de cambiar nuestra mente, eliminando barreras para alcanzar nuestras metas. Dejando de hablar de nuestras penas, tristezas, enfados o simplemente replanteando las cosas que decimos desde un enfoque positivo, encontraremos paz y atraeremos situaciones positivas.
Cada vez que decimos algo, aunque no seamos conscientes, estamos materializando nuestros pensamientos. Al poner un poco de atención en lo que sale de nuestra boca, podemos darnos cuenta de lo que tenemos en mente.
Beneficios que podemos lograr realizando conscientemente afirmaciones positivas:
