Se acerca el verano, se acaban las vacaciones, comienza un nuevo año… son momentos habituales en los que tomamos perspectiva y nos decidimos a empezar una nueva etapa.
Esa nueva etapa implica dejar atrás determinados hábitos, plantearnos otros nuevos y nos sentimos con ganas de comenzar ese cambio. Ya lo hemos intentado en otras ocasiones, pero nos decimos: “este año sí que dejo de fumar”, “esta primavera comienzo a hacer deporte y sigo la operación bikini al pie de la letra”.
Apuntamos a la luna y vamos creando unas altas expectativas en torno a todo esto que pretendemos conseguir. ¿Pero qué podemos hacer para conseguir cumplir nuestros propósitos?
Lo primero es conocer cuáles son tus necesidades reales, independientemente de lo que esperen los demás de ti. Se trata de cumplir nuestros propósitos porque lo deseamos notros mismos.
¿Quién no ha tenido en su lista de propósitos ir al gimnasio, adelgazar, aprender inglés, dejar de fumar? Es habitual que nos olvidemos de preguntarnos si son realmente estos retos los que nos ayudarán a sentirnos mejor con nosotros mismos y con la vida.
Construye tu lista de propósitos de forma consciente y en coherencia con tus valores. Deja a un lado lo material, piensa lo que verdaderamente te hace sentir bien.
Tres etapas que te ayudarán a conseguir tus propósitos:
Ya tenemos nuestra lista de propósitos, pero debemos andar con cuidado y no vivir por inercia. Si nuestros pensamientos son los mismos siempre, tendremos la misma conducta, mismos resultados, mismos pensamientos… y vuelta a empezar.
¿Cómo salimos de este círculo? Renunciando a la seguridad y al confort. Tenemos que empezar a analizar los pensamientos que hemos estado teniendo, reflexionar sobre ellos y cambiarlos. Dejarte llevar por inercia no es quererte a ti mismo. Empecemos a tomar nuevas decisiones.
Los nuevos pensamientos nos llevarán a tomar nuevas decisiones, que llevarán a nuevas conductas, nuevas experiencias, nuevas emociones, nuevos sentimientos, nuevos pensamientos… y de este modo evolucionamos.
¿Cómo puedo empezar?
Comprométete contigo. Da un pequeño paso, comprometiéndote en hacer algo todos los días a la misma hora, aunque sólo sea durante un minuto. Se trata de buscar ese compromiso a nivel simbólico contigo mismo.
Piensa en tus propósitos, ¿qué puedes hacer para conseguirlos? Divide esas acciones en trocitos tan pequeños que sea ridículo de dejar de hacerlos. Es más fácil hacer que dejar de hacer, por lo que plantea tus objetivos en positivo, sustituye pensamientos y conductas.
No te obsesiones con el objetivo final, sino disfruta del cambio cada día, del aquí y ahora.
Autora: Encarna Díaz | Psicóloga
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