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Desconectar para conectar

Debido al boom de las redes sociales y avances tecnológicos como FaceTime, Skype, Whatsapp, Facebook, Instagram, Twitter, etc… shutterstock_217147789 nos pueden controlar y contactar en cualquier momento o lugar. Vivimos hiperconectados a la tecnología sufriendo como daño colateral la desconexión con la gente que nos rodea y con nuestro interior. Nos hemos convertido, independientemente de la edad que tengamos, en una generación digital que no se ha dado cuenta del desgaste que este estilo de vida produce a nuestro equilibrio y salud mental, tales como dispersión, dificultad para concentrarnos e hiperactividad.

¿Desconexión? ¡Sí, por favor! Aprender a vivir sin sentirnos obligados a revisar nuestros correos es posible. Empezar a disfrutar de nuestro tiempo de ocio viajando, aunque sean solo un par de días, es una buena fórmula para conectar con nosotros mismos y con nuestro entorno, escapándonos de la rutina tecnológica.

Con la demanda de viajeros que buscan naturaleza y descanso, el turismo de desintoxicación digital o detox es cada vez más demandado. Esta corriente surgió hace un par de años en países anglosajones donde hasta han inventado el “Día Nacional de la Desconexión” (National Day of Unplugging) donde se propone una desconexión total de al menos 24 horas para disfrutar con nuestros seres queridos, vecinos, leer un libro o disfrutar una comida sin interrupciones.

¿Wifi? No, gracias. Lo más top es no estar conectados, sino saber vivir sin tecnología, al menos durante nuestras vacaciones. Así disfrutaremos plenamente del momento. Nos ayudará a conectar con nuestro interior y con la gente que viaja con nosotros.

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Ya te estarás preguntando dónde están estos paraísos “tech free”. No es necesario irse muy lejos. Si quieres probar un viaje al estilo de nuestros abuelos, con mapas de papel, juegos de mesa o disfrutar de la naturaleza… en parte es cuestión de nuestra actitud. Una buena alternativa es organizar una escapada a una casa rural y apagar los móviles durante toda nuestra estancia.

Afortunadamente, en España existen varios rincones sin cobertura móvil (ni wifi). ¡Todo un placer! Por ejemplo: Mil Madreñas Rojas un complejo rural que consta de cuatro apartamentos ecológicos en Salientes, León. Ubicado entre bosques con osos pardos, corzos, urogallos o rebecos. Puedes organizar rutas de montaña, talleres de arte vegetal o turismo ornitológico.

Otro ejemplo en España es La Casa rural Lanzarote, en Lanzarote. Administrada por un ingeniero de telecomunicaciones (consciente de los efectos que tiene la radiación). Es un paraíso libre de ondas electromagnéticas muy demandado por viajeros extranjeros. Imparten clases de taichí y yoga, organizan rutas en bicicleta o andando por la isla. Está ubicada a 15 km del centro de Lanzarote.

Con esta nueva tendencia del turismo de desintoxicación tecnológica, han empezado a surgir hoteles que ofrecen estancias detox como el hotel Renaissance de Pittsburgh; o de la cadena Vincci en Marbella, Tenerife y Sierra Nevada.

Si necesitamos algo más drástico, los Hoteles como el Quincy en Washington y el Westin en Dublín, retienen los móviles de sus clientes en sus cajas fuertes y a cambio proponen juegos de supervivencia, resolver problemas de agilidad mental, o hasta les entregan un kit para plantar un árbol.

¿Te atreves a probar esta nueva tendencia? ¡Desconecta el móvil y disfruta el momento!

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