El pasado sábado día 25 de noviembre fue el Día Internacional de la Violencia de Contra la Mujer. Pese a que el año aún no ha acabado, la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género permite a quien quiera acceder a su portal estadístico y recabar datos. Por ejemplo, el número de llamadas este año al teléfono de ayuda (016, que no deja rastro en los dispositivos móviles) ha sido 66.268. De esta cifra, 46.097 son mujeres que han llamado para expresar que han sido maltratadas por sus parejas. El 18.277 restante de las veces, las personas que han efectuado la llamada han sido familiares o personas allegadas a la víctima. Sin embargo, el número de denuncias en los juzgados se reduce a 27.896.
Un breve vistazo a este portal estadístico sirve para sacar la primera conclusión: existen más casos (muchos más) de violencia de género de los que se denuncian. Una arrasadora mayoría de mujeres da el primer paso para acabar con el maltrato, pero pocas de esas llamadas se trasladan luego al grueso de denuncias legales. ¿Qué ocurre por el camino? Amenazas, chantajes, nuevos episodios de violencia y maltrato psicológico que anulan la capacidad de decisión de la víctima. Una vez más, la tecnología se muestra como una herramienta eficaz tanto entre los más jóvenes como en los adultos a la hora de educar y prevenir en materia de género, así como detener posibles actos violentos.
No basta con declararse en contra de la violencia de género. Cada persona debe erradicar ideas y actos sexistas en su círculo privado y procurar que los más pequeños, que son el futuro de la sociedad, disfruten de una educación feminista.