Modo de empleo: colocar la arcilla en un recipiente, añadir agua lentamente e ir mezclando hasta encontrar la consistencia ideal. Utilizar preferiblemente utensilios de madera para no alterar las propiedades de la arcilla. Aplicar en la zonas a tratar con un espesor entre medio y dos centímetros y retirar de forma suave, con agua cuando esté seca.